Como seguramente muchos ya sabéis, el programa «El ojo crítico» de RNE, realiza semanalmente un curso de relatos en el que invita a los oyentes a enviar sus propuestas antes un tema concreto. El ganador de la primera propuesta de la temporada ha sido unos de los mejores que he oído en el programa.

Y es que si la propuesta inicio era ya de por sí interesante («una entrevista con un asesino en serie») la propuesta ganadora ha sido sorprendente. En ella, el autor, retorciendo su propia historia, parte de una situación bastante «convencional» hasta deribar en un final algo subrealista, y todo ello sin que el lector pierda interés y con altas dosis de ironía y humor negro.

Siempre he sido un perfeccionista. Nada más morir el abuelo, me di cuenta que eso no eran maneras. Me propuse mejorar aquello decidiendo cuándo, cómo y dónde debería morirse la gente. Pero un incidente imprevisto, en el último momento, estropeó la muerte perfecta que había preparado a la abuela.

Mi obsesión por la mejora me llevó a corregirlo con papá aunque, una vez más, los pequeños detalles, que alguien menos exigente ni tendría en cuenta, estropearon el conjunto.

Con mamá casi lo consigo. Sin embargo las diferencias entre la idea que tenía ella de cómo y cuándo morirse y la que tenía yo no llegaron a ningún acuerdo y, en el último instante, todo acabó siendo el desastre que me ha traído a esta celda.

Lo que más me duele es saber que, por muchas instrucciones que les haya dado, estos no van a ser capaces de matarme como es debido.

Podéis escuchar el programa completo en los postcast del programa.