Hace años que sostengo la teoría de que si, en la mayoría de las canciones, sustituyéramos la palabra «bailar» por «follar», «chingar», «jincar» o cualquiera de los sinónimos que nuestro maravilloso idioma tiene para el sexo, obtendríamos el verdadero sentido que los autores de dichas canciones querían expresar.

1. «Bailando» de Alaska y los pegamoides.

Mi teoría comenzó con esta canción de Alaska y es que cuando dice aquello de …

Bailando,
me paso el día bailando
y los vecinos mientras tanto
no paran de molestar.

… yo siempre me imagina la escena de la pareja fornicando en el piso de arriba y el vecino de abajo golpeando el techo con el palo de la escoba pidiendo silencio. ¿Mente sucia? Tal vez, pero tengo más ejemplos.

2. «Yo quiero bailar» de Sonia y Selena

Sí, ya sabemos que estas ‘artistas’ explotan su imagen de sex-symbol, pero no me refiero a eso. Analicemos un poco la letra. Primero empiezan fuerte …

Yo quiero bailar
toda la noche

… o sea, buscan un semental. Pero es que luego más tarde dicen …

Fuego en mi cuerpo,
musica y pasion.
Te tengo en mi mente, pura obsesión.
Cuando llega el calor
los chicos se enamoran
es la brisa y el sol
acercate ven mi deseo te confesaré.

¿En serio alguien duda todavía de que están hablando de ‘eso’?

3. «Baila Casanova» de Paulina Rubio

Paulina es otra cantante que le gusta aportar cierto aire de sensualidad (morritos al poder) a sus interpretaciones. Y aunque la letra al principio pueda parecer confusa y uno puede que dude de que Paulina esté realmente pidiendo al zagal que reserve la minga sólo para ella…

Baila para mí, solo para mí,
que al moverte se me escapa el aire.
La noche es magica y sensual,
un deseo incontrolable.
El momento es ideal,
ya no pares de bailar.

… al final hasta a ella misma se confiesa…

¡Ámame!

4. «Bailar pegados» de Sergio Dalma

¿De verdad alguien tan serio como Sergio Dalma habla de ese sucio acto impúdico? Pues claro que sí…

Sin separar jamás tu cuerpo con mi cuerpo,
[…]
abrazadísimos los dos,
acariciándonos,
sintiéndonos la piel.

A ver, todo aquel que ha recibido clases de baile sabe que en realidad hay poco contacto entre los bailarines, normalmente, manos, pecho, quizá algo de cadera, pero poco más. El resto, mantiene la suficiente separación que permita el movimiento de los bailarines. Depende del baile pero, en cualquier caso, de «abrazadísimos» nada. Así que, o bien este chico no sabía bailar o se estaba refiriendo a otra cosa.

Pero lo más interesante de esta canción, es su alegado contra el cibersexo.

Bailar de lejos no es bailar,
es como estar bailando solo.

Vamos, que entre cibersexo y hacerse una pajilla no hay mucha diferencia.

5. «Sin argumentos» de Funambulista

Y terminamos con un paisano. El cantautor conocido como Diego Cantero antes de de inventarse una banda falsa y rebautizarse así mismo como Funambulista, canta en esta canción eso de…

sin argumentos
tan solo ganas de bailar

… que en un principio no tiene por que referirse a nada sexual, pero en otro momento dice

hoy pincho y corto tengo el cuerpo golfo
camisa nueva y ojalá

¿soy el único que nota la relación con el famoso refrán de «Sábado, sabadete, camisa nueva y polvete.»?

En fin, creo que la teoría ha quedado suficientemente demostrada, y si tienen más ejemplos tienen los comentarios a su disposición. Que ustedes «bailen» mucho.